Tailandia es uno de los países más populares del sureste asiáticos. En el moverse resulta sencillo, comunicarse no es una odisea y comer casi siempre acaba siendo una experiencia deliciosa. Si a esto le sumamos la infinidad de vuelos baratos que llevan a Bangkok, que en principio no es necesario pedir visado para entrar, y que el número de lugares por visitar es infinito y para todos los gustos, no es difícil de entender porque el llamado país de las sonrisas es uno de los destinos favoritos de medio mundo.
Ve tomando nota de estos consejos de la periodista y bloguera Cristina E. Lozano de Viaja en mi Mochila, que sabe un rato sobre disfrutar de Tailandia.
¿Necesitas más razones para animarte a visitar Tailandia? Pues ahí van 10, diez que no te puedes perder.
Como ocurre con casi todas las grandes ciudades del mundo, a Bangkok o la amas o la odias. Si es la primera ciudad de Asia que visitas, puede que de entrada te abrume un poco aunque no tiene por qué. No vayas con miedo. Dale una oportunidad a Bangkok porque es sumamente interesante. No te pierdas sus preciosos templos (como el Wat Arun o Wat Pho), sus concurridos mercadillos (en Chatuchak o Silom), y su ambiente nocturno (déjate caer por Kao Shan o Sukhumvit si buscas guerra, o súbete a un rascacielos al anochecer si quieres algo más chill out). Si ves que te agobias mucho entra a un salón, date un masaje y vuélvelo a intentarlo. Merece mucho la pena.
Aunque a Pattaya le persigue con justicia una fama bastante sórdida, esta mítica playa (a una hora larga en coche de Bangkok) ha mejorado mucho en los últimos años. De hecho, solo la visita a su Santuario de la Verdad bien merece hacerse el viaje. Miradores panorámicos, una montaña habitada por un Buda de oro enorme (¡ocupa la de un monte entera!), o una excursión a la isla de Lan son solo algunas de las cosas que puedes hacer en esta costera ciudad, ideal para una escapada de la gran ciudad.
Entre las ruinas de Ayutthaya aún resuenan los ecos del pasado glorioso de la que fuera capital del reino de Siam durante siglos. Su gran complejo histórico, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991, cuenta con piezas tan famosas como la cabeza de Buda entre raíces del Wat Phra Mahathat, el gran Buda reclinado del Wat Yai Chaimongkon, o los enormes chedis (estupas) del Wat Phra Si Sanphet. Una alternativa no tan turística y un poco menos monumental a Ayutthaya es la ciudad de Sukothai, muy ligada a la historia de la mítica ciudad siamesa.
Si quieres ver templos hasta hartarte y aprender cómo funciona el budismo de verdad ve a Chiang Mai, pues la segunda ciudad más grande de Tailandia es su centro religioso más importante. Pero no solo de espiritualidad vive en esta urbe que no da sensación de tal. Si te interesa la naturaleza y deseas hacer un trekking por las montañas del norte, pasar un día entre elefantes, o hacer un curso de masaje, cocina o meditación, en Chiang Mai encontrarás una buenísima oferta y unos precios casi inmejorables. No te pierdas sus mercados nocturnos (realmente buenos, bonitos y baratos), ni sus cientos de garitos de todo tipo y condición a los que podrás llegar rápidamente tomando un económico vuelo desde Bangkok.
Ideal para los amantes del cine y la naturaleza. En esta zona del oeste de Tailandia, los cinéfilos tendrán la oportunidad de ver un puente sobre el río Kwai y recordar la célebre película de David Lean. Al mismo tiempo, los amantes de la naturaleza podrán disfrutar del Parque Nacional de Erawan, un enclave verde no demasiado turístico (o al menos no masificadamente turístico) protagonizado por cascadas y donde es posible acampar. Aunque está dentro del circuito de visitas habitual de muchos viajeros, Kanchanaburi puede ser un buen lugar para encontrar paz y tranquilidad.
La más grande de las islas del golfo de Tailandia es también una de las más turísticas, quizá porque además de espacio tiene aeropuerto. Fiesta y resorts dan vida a unas playas concurridísimas de las que tailandeses y extranjeros (especialmente jóvenes ingleses y alemanes) disfrutan casi por igual. Es buen sitio para el que busque gente, playa y fiesta. Si esto es lo que quieres la playa de Chaweng será tu paraíso tropical particular. Si además te apetece montar en moto de agua, ver un espectáculo de fuego, lanzar un lucky ballon o simplemente descansar entre palmeras y bares, Koh Samui te gustará.
Koh Phangan la ruidosa isla de la Full Moon Party, sin lugar a dudas el fiestón más conocido del sureste asiático; y, al mismo tiempo, una isla para el yoga, la naturaleza y la desconexión total. Tanto los que buscan marcha como los que buscan relax encontrarán lo que desean en este precioso enclave cuyas playas más increíbles esperan al norte. En su fachada oeste los atardeceres son escandalosamente bellos, no olvides guardar tiempo para ver alguno entre fiesta y fiesta y entre pad thai y pad thai del mercado de Thong Sala, su población más thai.
En estos momentos, la isla tortuga es una de las más populares de país. Unas aguas cristalinas donde los peces se ven a simple vista; y el buenrollismo que se respira en todas partes tienen la culpa de ello. Koh Tao es la isla ideal para empezar a bucear y hacer amigos, especialmente si quieres hacerlos en castellano. Aquí la actividad estrella es el buceo, un buceo fácil, seguro y a precios sumamente asequibles. Si nunca has probado a pasear bajo el agua con bombona, ¡aprovecha! No tendrás mejor oportunidad. Si te da demasiado respeto siempre podrás quedarte en el snorkel que tampoco está nada mal. No serías el primero en ver un tiburón o una tortuga usando simplemente el tubo y las gafas.
Pero si tú ya sabes bucear, buscas algo realmente singular y el dinero no te limita, ve directo a cualquiera de las nueve islas del archipiélago de Similan que, desde principios de los años 80, son parque nacional. La riqueza de sus fondos marinos es tal que casi siempre se cuelan en los top diez mundiales de mejores enclaves de buceo. Encontrarás las islas Similan (la principal es Koh Similan) en la costa del mar de Andamán, no demasiado lejos de Phuket. Eso sí, mucho ojo con las fechas porque dependen de la estación y del tiempo la zona puede estar cerrada y tanto la visita como el buceo ser imposibles.
La hermosura de Koh Phi Phi Leh y sus alrededores atrae a infinidad de turistas. Raro es quien visita Tailandia y deja este enclave del Andamán sin visitar. Desgraciadamente, tan innegable es su belleza como que tanto extranjero le roba gran parte de su encanto. Ahora, que no te desanime su popularidad. Si tienes oportunidad visita la zona porque es tan bonita que, ¿cómo podrías dejar de hacerlo? Miles de peces de colores, impactantes formaciones rocosas y la paradisíaca playa de La Playa de Leonardo Di Caprio te esperan. No obstante, si te apetece algo bonito pero más tranquilo que Koh Phi Phi Leh, prueba con Koh Lanta o con la zona de Kraby, ambas famosas por sus playas paradisíacas pero bastante más tranquilas.
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