Pekín, la majestuosa capital de China, es una ciudad donde la historia, la cultura y la modernidad conviven en perfecta armonía. Con más de tres milenios de historia y más de ochocientos años como capital imperial, Pekín fue el corazón político y cultural de varias dinastías, como los Yuan, Ming y Qing, que dejaron un legado arquitectónico y artístico impresionante.
Entre sus tesoros más emblemáticos se encuentra la Ciudad Prohibida, antiguo palacio imperial y símbolo del poder absoluto de los emperadores chinos, así como la Plaza de Tiananmén, uno de los espacios más icónicos del país. A las afueras, la Gran Muralla China serpentea sobre las montañas, recordando la grandeza y el ingenio del pueblo chino.
Pekín no solo es historia; también es una ciudad vibrante y moderna, con avenidas amplias, rascacielos futuristas y una escena cultural en constante evolución. Pasear por sus hutongs tradicionales, disfrutar del exquisito pato laqueado de Pekín o admirar la mezcla entre templos antiguos y arquitectura contemporánea es descubrir el alma viva de China.
Visitar Pekín es viajar al pasado glorioso del Imperio Celestial y, al mismo tiempo, contemplar su apasionante presente.