Rodeada de montañas, llena de vida y de sabor, Chengdu cautiva a todo viajero con su encanto relajado y su profunda identidad cultural. Capital de la provincia de Sichuan y cuna del famoso oso panda gigante, esta ciudad combina la tradición milenaria con la vitalidad moderna, ofreciendo una experiencia única en el corazón del suroeste de China.
Caminar por Chengdu es descubrir un mundo de contrastes: desde los tranquilos parques y casas de té, donde los locales disfrutan de largas conversaciones, hasta las bulliciosas calles de Jinli y Kuanzhai Alley, repletas de luces, tiendas artesanales y aromas irresistibles. El Templo Wuhou y el Monte Qingcheng, cuna del taoísmo, revelan la profunda espiritualidad de la región.
Y para los amantes de la gastronomía, Chengdu es un auténtico paraíso: su cocina picante y aromática —famosa por el “hot pot” y los sabores del ají y la pimienta de Sichuan— convierte cada comida en una aventura. Con su ambiente acogedor, su historia viva y su energía moderna, Chengdu invita a disfrutar sin prisas del arte de vivir a la manera china.