Luang Prabang tiene muchísimos atractivos turísticos de Laos. Mercados locales, centenares de restaurantes donde se puede comer todo tipo de comida (europea, india, laosiana, tailandesa, vietnamita,…), cafés, pastelerías, masajes, cursos de cocina… Uno de los atractivos más destacados es la gran cantidad de templos budistas que se reparten por toda la ciudad. Pero como ya estamos un poco saturados de templos hoy hablaremos de los atractivos naturales, concretamente de las cascadas que se pueden visitar en los alrededores de Luang Prabang.
Hay unas más cercanas y otras más lejanas, unas más espectaculares y otras no tanto, pero lo importante es saber que hay algunas que no llevan agua durante todo el año y es posible que cuando estéis por aquí estén secas. Informaos bien en la oficina de turismo antes de perder el tiempo.
Las cascadas más conocidas, más bonitas y en las que hay agua todo el año son las cascadas de Kuang Si. Están situadas a unos 30 km de Luang Prabang y para llegar hasta allí tendréis que alquilar una bici (entre 10.000 y 50.000 dependiendo de la calidad) o coger una furgoneta. El precio oficial es de 200.000 kips por furgoneta (una barbaridad, pero se puede conseguir rebajar un poco), así que cuantos más seáis mejor os saldrá de precio. Para que os hagáis una idea nosotros éramos seis y lo hemos conseguido por 25.000 kips cada uno.
Para poder entrar a las cascadas hay que pagar una entrada de 20.000 kips por persona. Creemos que es sencillo colarse pero al ser tantos no lo hemos intentado. De todas formas merece la pena pagar esos 2 eurillos y poder entrar tranquilamente a disfrutar de esta maravilla natural.
La entrada incluye la posibilidad de ver el centro de rescate de osos (Bear Rescue Centre), un lugar en el que se encargan de rehabilitar a osos negros asiáticos que han sido maltratados o heridos por algún cazador furtivo. Este centro es una organización caritativa que depende en gran parte de las donaciones de los turistas.
Es un lugar que merece mucho la pena visitar, no lo paséis de largo si vais a las cascadas. Podréis ver perfectamente a los osos jugar entre ellos y en el centro os pueden dar toda la información que queráis. Gracias a sitios como estos los animales que han sido torturados por sus captores pueden volver a tener una vida normal.
Después de ver a estos animalillos tan graciosos hemos seguido en busca de las famosas cascadas. Cuando por fin las hemos visto nos hemos quedado todos con la boca abierta babeando. El espectáculo es impresionante y las combinaciones de colores son fantásticas para la fotografía.
La imagen más conocida de las cascadas es el salto de agua pero para nosotros lo más interesante son las piscinitas que se forman con la roca. El color del agua nos hace entrar unas ganas tremendas de bañarnos y, por suerte, lo hemos podido hacer. Está permitido bañarse en la mayoría de estas piscinas y sólo hay una en la que no se puede entrar porque es un lugar sagrado.
No hay duda de que estas cascadas son un espectáculo natural que hay que ver si se viene a Luang Prabang. Es un muy buen lugar para venir a pasar el día, hacer un picnic y relajarse un poco.
Fuente: voltantpelmon.com
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